martes, 18 de septiembre de 2012

Medallero Olímpico Español Londres 2012

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España iguala las 17 medallas de Atlanta 1996

Las chicas, protagonistas del medallero español en Londres 2012

Consiguen sumar más metales al casillero nacional por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos
11 de las 17 medallas han sido conseguidas por atletas mujeres
Tres oros, diez platas y cuatro bronces, el botín de la selección española en Londres

Juegos Olímplicos

GenOro, Plata y Bronce

Por: Miguel Lorente Acosta | 15 de agosto de 2012 El País
El pasado domingo, día 12 de agosto, se clausuraron los XXX Juegos Olímpicos de la era moderna, justo 84 años después de las Olimpiadas celebradas en Ámsterdam en 1928, y primeros Juegos, como nos recuerda Galeano en su “Hijos de los días”, que contaron con la participación de las mujeres.
El promotor de los Juegos Olímpicos, el Barón de Coubertin, se opuso a la participación de las mujeres y dejó dicho: “para ellas la gracia, el hogar y los hijos. Para ellos la competición deportiva”, o lo que es lo mismo, que los hombres continuaran haciendo en el estadio lo que hacían fuera de él, competir y obtener reconocimiento social, y que las mujeres siguieran llevando a cabo lo que venían haciendo habitualmente: cuidar a los demás sin reconocimiento alguno ni posibilidad de luchar por él. Tuvo que irse este Barón tan varón (dejó la presidencia del COI en 1925), el mismo que afirmó que “lo importante es participar”, para que ellas pudieran entrar en los estadios y, sencillamente, participar.
En tan sólo catorce Olimpiadas las mujeres han vuelo a demostrar el enorme e interesado error histórico de los hombres que consideraban que ellas no podían hacer lo que ellos, y que si lo hacían tendría una doble consecuencia: por una parte le restaba importancia a lo viril al demostrar que “hasta las mujeres podían llevarlo a cabo”, y por otra, lo femenino no levantaría ningún interés general como parte del espectáculo que suponían las olimpiadas, circunstancias ambas que influyen para que aún persistan determinadas competiciones que se presentan en exclusividad para mujeres, como por ejemplo ocurre con la gimnasia rítmica y la natación sincronizada, y otras sólo para hombres, como las anillas o el potro con arcos.
El equipo olímpico español de Londres 2012 estaba formado por 282 deportistas, 168 hombres y 144 mujeres, y participaba en 23 deportes. El resultado ha sido claro, de las 17 medallas logradas 11 han sido por mujeres (es decir, el 65% de todas las medallas), entre ellas dos de las tres de oro. Podría haber sido al contrario, pero no lo ha sido, en cambio este resultado sí manda un mensaje claro respecto a lo que históricamente se la ha negado a las mujeres bajo la idea reflejada por el Barón de Coubertin, y por tantos otros hombres, que indica que las mujeres están preparadas para hacer ciertas funciones y ocuparse de determinados roles, y que los hombres lo están para otros. 
Luego, una vez establecida la división de roles por género, se juega con el concepto de capacidad y se llega a negar la oportunidad que pudiera dejar a los hombres en evidencia, como sistemáticamente ha ocurrido con la negación de derechos a las mujeres. No debemos olvidar que hasta el Concilio de Trento (1545-1563) se mantuvo la polémica sobre si las mujeres tenían alma, que el voto en democracia lo consiguieron en 1902 en Australia (en países como Francia o EEUU, que son referencia en Derechos Humanos lo consiguieron en 1944 y en 1920), que hasta 1926, como también recoge Galeano, la corte Suprema de Canadá no las reconoció como personas, y que hoy en cualquier país del mundo aún sufren esa errónea discriminación que tanto interesa a quienes temen convivir en igualdad con igualdad.
El mismo interés que existía en impedir que las mujeres pudieran tener los mismos derechos y oportunidades que los hombres en cualquier ámbito de la vida, es el que persiste para no resolver la injusticia histórica que conlleva, de ahí que se ataquen tanto y ridiculicen las medidas dirigidas a corregirlas, como las listas paritarias, la presencia de mujeres en puestos de decisión, la promoción de los valores relacionados con la igualdad como parte de la educación, la libertad de las mujeres para decidir sobre las cuestiones que les afectan de manera íntima y personal, las ayudas para salir de la violencia… Todo parece una invención y se ve como un ataque al orden establecido, porque sin ninguno de esos obstáculos habría igualdad y las mujeres podrían hacer lo mismo que los hombres, lo cual significaría que los hombres tendrían que hacer mucho de lo que ahora sólo hacen las mujeres.
Las deportistas españolas, también los deportistas que las han considerado como compañeras de igual a igual, han demostrado que la incapacidad no está en el sexo, mientras que la capacidad sí está relacionada con el sexo, no en la parte biopsicológica, sino en la inversión económica que se hace para entrenar y conseguir un mejor aprendizaje y rendimiento que lleve a la persona que la recibe a mejorar. Y esa inversión, hoy por hoy, se va mayoritariamente al deporte masculino bajo los argumentos más peregrinos y reduccionistas.
Las deportistas olímpicas españolas han vuelto a demostrar cómo el género cuenta para mantener la desigualdad, y cómo puede contar para alcanzar la victoria en igualdad. Quizás España no haya quedado de las primeras en el medallero, pero ha demostrado una realidad que la hace ganadora de medallas de “gen-oro”, plata y bronce. Enhorabuena a todas y a todos.