miércoles, 26 de junio de 2013

CELEBRACIÓN DE LOS IX SEMINARIOS PROVINCIALES "MUJERES ASOCIADAS"

El 17 de junio se celebraron los IX de los Seminarios, cuyo tema ha sido "El movimiento asociativo de mujeres como dinamizador del mercado laboral"
Las asociaciones de mujeres que han asistido a este Seminario han sido:
-Los Cortijillos de Alcaucín
-El Lentisco de La Viñuela
-El Borbollón de Riogordo
-Las Abejas de Colmenar
-La Torre de Casabermeja
-Pinceles de Periana
-Federica Montseny de Canillas de Aceituno









Mi chico me pega, pero yo le quiero

Artículo muy interesante aparecido en el día  26/06/2013 en el Diario Sur.

«Hay familias que no enseñan a sus hijos normas, ni límites ni respeto»

«La dependencia emocional es uno de los factores de riesgo para los malos tratos. Algunas personas que no saben vivir solas, se conocen y excesivamente rápido se consideran pareja», explica Gálligo

26.06.13 - 07:58 -

http://www.diariosur.es/20130626/local/malaga/familias-ensenan-hijos-normas-201306260027.html

 
«Hay familias que no enseñan a sus hijos normas, ni límites ni respeto»
Fernando Gálligo Estévez, experto en cuestiones de género e Igualdad.:: Álvaro Cabrera
 
 
Ha visto de todo en los más de diez años que lleva como psicólogo en el Instituto de la Mujer. En los últimos meses está trabajando con un grupo de menores de edad maltratadas, que se puso en marcha porque cada vez recibían casos de chicas más jóvenes. Fernando Gálligo Estévez es experto en cuestiones de género e Igualdad y autor del libro 'Mi chico me pega, pero yo le quiero'. Ahora acaba de publicar 'Amando sin dolor, disfrutar amando', donde profundiza en las relaciones de pareja y los malos tratos
-El grupo incluye chicas de 14 a 17 años

¿Tan temprano empiezan los malos tratos?
Los programas se ponen en marcha porque hay casos. La realidad va por delante. Y aquí no podemos atender por debajo de esa edad, pero seguramente habrá algunos de niñas de 12 ó 13 años.

-¿Qué tipo de casos recibíais?
-Nos llegaban casos de padres o madres que se sentían impotentes y nos decían que sospechaban que su hija estaba en una relación de maltrato.O bien de orientadores de institutos o, a veces, desde centros de salud. Al ser menores de edad no podíamos incluirlas en los programas que teníamos. Lo estuvieron estudiando los servicios jurídicos y se puso en marcha el grupo. Las chicas de 14 y 15 años necesitan la autorización de los progenitores. Si tienen 16 años, con que firme ella misma el consentimiento es suficiente. La presentación oficial del programa fue en noviembre, pero nos empezaron a llegar casos en febrero, porque todavía es poco conocido. Además, hay muchas víctimas de malos tratos que no se reconocen como tales, no consideran que estén siendo maltratadas, con lo cual no es que no denuncien, es que ni siquiera van a pedir ayuda, ni cuestionar su situación.

-¿Le sorprende el número?
-Hay pocas, pero yo digo siempre que un caso ya es demasiado. Aunque cada vez tengo más claro que eso va a ir a más por diversas razones.

-¿Se suelen denunciar?
-La mayoría, no

-¿Hablamos de malos tratos psicológicos o físicos?
-En todos los casos que estamos tratando hay malos tratos psicológicos y en algunos malos tratos físicos también: bofetadas, puñetazos, hematomas...
-Cuenta en su libro que el maltrato es un proceso que pasa por varias etapas.
-Dominio, imponer las reglas, aislamiento... Tratar de controlar a la otra persona es algo que ocurre siempre, de forma más o menos sutil y más o menos rápido. El dominio (imponiendo las normas: comportamiento, relaciones con otras personas, actividades que realice, forma de vestir...
-Pero esto es algo que socialmente está bastante tolerado, ¿no?
-Hay muchos micromachismos, comentarios, chistes o bromas que llevan su carga ideológica, que normalizan, perpetúan y refuerzan esos comportamientos.

-¿Qué estamos haciendo mal los padres y la sociedad para que ocurra en chicas cada vez más jóvenes?
-Nunca hay una sola razón, igual que la solución no puede venir de un único sitio. Las leyes tienen una funcionalidad, pero no van a resolver el problema. A veces consiguen disuadir y otras veces no. Hacen falta otras medidas para disminuir los casos. Hay familias que educan fenomenal, pero hay otras que no enseñan a sus hijos normas, ni límites ni respeto. Y cuando digo respeto, digo respeto a otra persona. Es decir, sean mayores, sean de otra raza, de otra orientación sexual, de otra clase social, de otro sexo. Yo creo que en eso está habiendo bastantes fallos y dejadez por parte de muchas familias. Por eso hay más violencia contra los iguales, contra los progenitores y contra los profesores. Ahí se está fallando mucho. Y luego la educación no es las pautas que tú les des a tus hijos, sino el ejemplo. Y la influencia de eso es desde pequeñito.
Lógicamente, que en tu casa haya habido maltrato no condiciona al cien por cien para sufrir violencia, pero es una influencia importante. Si realmente se asumiera, no a nivel teórico, sino práctico el artículo 14 de la Constitución de respeto a la diversidad no pasaría. Se pone mucho énfasis en la violencia de género y menos en otros comportamientos que son también muy negativos, como la xenofobia o la homofobia.
Hay otra cosa en la que está se esta fallando mucho: Personas -jóvenes y mayores- que se conocen y excesivamente rápido se consideran pareja. En la consulta lo veo todos los días. Se conocen y a la semana se han hecho novios y al mes ya viven juntos. Aunque tengas 80 años y mucha experiencia de pareja, a una persona no la conoces en ese tiempo.
-Pero los de mediana edad al menos deberían saberlo.
-Pues no. Eso también está ocurriendo en segundas y terceras parejas. Parece que son incapaces de estar solos. Y durante el principio de una relación la gente no se muestra como es, sino que solo deja ver lo que cree que va a gustar, la mejor versión de sí mismos. Se muestran tal cual son cuando ya ven a la otra persona enamorada. En la consulta me dicen que él ha cambiado, pero no es así. Lo que ocurre es que ha acabado su periodo de «méritos» y ya se muestra tal cual es. Si es maltratador empieza a poner normas.

-¿Son los celos el primer síntoma?
-Los celos son una muestra de inseguridad. Van unidos a pensar que otra persona les puede interesar más y reflejan un miedo a ser abandonados por la pareja. Entonces se desarrolla ese afán de control. Por eso yo en el libro distingo mucho lo que es querer (de forma posesiva, egoísta, acaparadora, exigente, que se enfada porque no le ha felicitado por su santo o que discute por el lugar de vacaciones) y lo que es amar (de forma sana, madura, respetuosa y sin exigencias ). La mayoría de la gente quiere y muy poca es capaz de amar.

-¿Cuál sería el perfil del adolescente sin riesgo de sufrir malos tratos?
-como factores que favorecen la resistencia a esa situación sería tener buena autoestima, estabilidad emocional, buena capacidad de habilidades sociales, ser capaz de resolver conflictos y diferencias de forma negociada y no violenta, buena capacidad de tolerancia a la frustración. Y eso se consigue con la educación. Eso hace que tengas una personalidad más fuerte, que seas más independiente emocionalmente hablando y menos vulnerable, tanto a los malos tratos como a caer fácilmente en la dependencia emocional.
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-¿Qué pueden hacer los padres que ven a que su hija puede estar empezando a sufrir malos tratos o un control excesivo de su pareja?

-Si tienen sospechas deben asesorarse en centros especializados, donde les dirán qué hacer y qué no hacer. A veces los padres se sienten angustiados y pasan a un hipercontrol para calmar su angustia y eso es contraproducente. La reacción es que si la chica antes hablaba poco, hable menos todavía, con lo que se queda más sola y más a merced de la otra persona.

-Entonces, ¿cuál es la actitud correcta?
-Mucha paciencia, no volcar su ira o su agresividad contra la otra parte de la pareja -porque ella muchas veces sigue enamorada y se va a encabezonar-, respetar, procurar estar muy observador y si ella tiene necesidad de hablar escucharla sin criticar y sin juzgar, favoreciendo que se desahogue y el apoyo emocional. En cambio, si los padres empiezan a criticar o a juzgar, como ella esté un poquito enamorada va rechazar la ayuda.

-¿Es recomendable hablar con los hijos de que existen este tipo de situaciones aunque ellos no las sufran?
-Si se ha logrado un clima de confianza y de comunicación con los hijos y hay una relación sana van a preguntar o a comentar lo que les inquiete. Hay que aprovechar esos momentos para informarles y educarles. También se puede hablar del tema si, por ejemplo, sale alguna noticia sobre esto en televisión. Es muy importante saber con quién se relacionan nuestros hijos, invitarles a que vengan a casa alguna vez, porque ahí te das cuenta de cómo son, si son educados, violentos, machistas, qué aficiones tienen. Luego hay niños que son líderes y otros que les gusta que alguien les mande en la pandilla. Pues hay que fijarse en todo eso y mantener ese buen clima de comunicación, porque si pasa algo te lo van a contar o te vas a dar cuenta pronto.
-Antes del maltrato, ponga algún ejemplo de situaciones que deberían ponernos alerta
-Indicadores puede haber montones. Por ejemplo, cuando de forma más o menos descarada empieza a criticar cómo viste la pareja o a forzar que se ponga determinadas cosas, que se maquille o no se maquille. También si le pregunta con cierta insistencia cosas como dónde estás, con quién has hablado, de qué le conoces, cuántas veces le has visto. Hay preguntas que pueden ser normales, pero otras se hacen en un tono de interrogatorio. Otro indicador, si trata de que deje actividades o aficiones que antes realizaba, o que deje a sus amistades, a su pandilla. A veces dicen: Te pagan mal, no te hace falta, yo gano mucho, etc. La persona controladora quiere que su pareja esté siempre disponible. También es un signo para poner alerta que tu pareja te critique y te menosprecie continuamente diciéndote que tú no entiendes de nada o que tus amigas no te quieren

-¿Hay muchas chicas que sufren maltrato psicológico y no lo saben?
-Muchas veces la chica tiene normalizado el maltrato verbal o psicológico y no lo identifica como una agresión. Muchas jóvenes creen que ni siquiera bofetadas, empujones o agarrones lo son. Entonces, si no lo identifican como maltrato, lo van a aceptar y no van a alarmarse, ni denunciar, aunque esto les afecte bajándoles la autoestima. De hecho hay chicas que en la consulta nos dicen que pensaban que maltrato solo era si les pegaban palizas.

-¿Se puede perdonar una bofetada aislada?
-El maltrato habitual, aunque sea sólo verbal, yo creo que no debes olvidarlo y tampoco debes quitarle importancia, sino que debes actuar en consecuencia. Tienes que ponerle término cuanto antes, porque no merece la pena. Si a lo largo de meses te están menospreciando e insultando y no acabas con eso, pues va a seguir y va a aumentar. Entonces, puedes perdonar, pero cada cual en su casa. Hay casos que nunca han recibido una bofetada, pero vienen muy machacadas. De hecho, muchas víctimas te dicen que lo que más les duele es el maltrato psicológico, incluso aunque tengan que recibir asistencia sanitaria. Te lo dicen ingenuamente, pensando que el maltrato físico es una cosa y el psicológico es otra. Y una cosa conlleva la otra.

- ¿Hay algún programa para rehabilitar a maltratadores menores de edad?
-En el caso de menores aunque denuncien pasa como con el acoso escolar. A veces se da una solución que victimiza aún más a la víctima, a la que se cambia de colegio, con lo que se le está «castigando» de alguna forma mientras el acosador sigue en la escuela y puede buscarse una nueva víctima. Son medidas contraproducentes. Habría que intervenir sobre el maltratador, pero no se está haciendo. He ido muchas veces a dar charlas sobre este tema a centros escolares y la información es necesaria, pero no es suficiente. Una persona no mejora su conducta por lo informativo. Hace falta además una formación frecuente y continua para que resulte eficaz. Y trabajar no sólo desde el ámbito educativo, sino también mucho con la familia, a través de las AMPAS y a través de las juntas de distrito.

-Hablas en el libro del mito del enamoramiento continuo, del amor eterno ¿Estamos creando unas expectativas falsas?
-Bueno, nos lo estamos contando nosotros mismos. Porque vienen mujeres de 50 años o más, que llevan diez años separadas, y se muestran dolidas porque «él ha rehecho su vida y yo no». Esa idea de que rehacer la vida es volverse a emparejar es muy expresiva. La vida se rehace superando los momentos difíciles. Yo insisto mucho en este libro en lo positivo y en que la felicidad no depende de las demás personas y que podemos ser felices con o sin pareja, porque la felicidad es un deber que cada uno tiene consigo mismo. Ni puedes ni debes exigir que la otra persona te haga feliz si tú no puedes serlo por ti mismo. Vas a tratar de cubrir carencias o de que el otro te haga feliz.
Hay muchas personas con independencia económica que son dependientes emocionalmente y eso es un factor de riesgo para el maltrato.

-Además de esos factores psicológicos, en el caso de menores,¿hay otros factores de riesgo para el maltrato como el nivel de estudios o de renta?

-Si has nacido en una familia en la que había violencia de género o resolución violenta de conflictos tienes una papeleta más. Vivir en pueblos pequeños, de menos recursos y con mayor presión social también influye. Hay incluso mujeres de localidades pequeñas que no quieren que lo sepa nadie o que buscan la atención psicológica en otra localidad. La gran ciudad tiene desventajas, pero también ventajas.
Maltrato en la pareja hay en todas las clases sociales, en todos los niveles culturales. He tenido aquí, abogadas, periodistas, juezas, psicólogas, empresarias exitosas, españolas, británicas, alemanas...
Hay mujeres que sobrevaloran la familia y dicen que no quieren que sus hijos se queden sin padre o que le metan en la cárcel. Cuando, precisamente, si hay menores cuanto antes se denuncien los malos tratos, mejor. Hay víctimas que sobrevaloran la acción de la justicia, piensan que lo van a meter en la cárcel y no es así necesariamente.